Según la semántica de la palabra, “ruido” se refiere a cualquier interferencia o sonido no deseado que perturba, distorsiona o impide una comunicación clara. En el contexto de la imagen personal, el ruido es cualquier característica que interfiere en la percepción o interpretación de la imagen de una persona. Estos atributos son verdaderos y se manifiestan antes de los atributos deseados, interfiriendo en el mensaje que la persona quiere transmitir.
Durante la Asesoría de Imagen, estos ruidos se manifiestan en los feedbacks que las personas reciben, como “aspecto cansado”, “triste”, “enojado”, “tierno”, “dulce”, “nerd”, “arrogante”, “distante”, entre otros. Estos atributos se perciben a través de rasgos, proporciones y expresiones faciales que comunican mensajes antes de que la persona pueda transmitirlos conscientemente.
Por ejemplo, una persona que frecuentemente recibe feedbacks diciendo que parece cansada o triste puede no sentirse así, pero algún rasgo, proporción o expresión facial está comunicando eso. Aunque esta persona tenga mucha energía y felicidad, algo en sus rasgos, proporciones y expresiones faciales está transmitiendo un mensaje diferente.
Es fundamental comprender que estos ruidos de imagen pueden afectar significativamente cómo somos percibidos en nuestras relaciones sociales y profesionales. Al tomar conciencia y utilizar estrategias visuales para minimizarlos, podemos mejorar la claridad de nuestra comunicación visual y asegurar que la imagen que proyectamos esté alineada con quienes realmente somos y con el mensaje que deseamos transmitir.
Estos ruidos de imagen tienen un impacto significativo en varios contextos sociales y profesionales. Por ejemplo, en un entorno laboral, una persona que parezca constantemente cansada o triste puede ser percibida como menos productiva o motivada, independientemente de su rendimiento real. Del mismo modo, características como parecer arrogante o distante pueden dificultar la formación de nuevas amistades o relaciones en situaciones sociales.
Se emplean varias estrategias para gestionar estos ruidos en la Asesoría de Imagen, especialmente centradas en los elementos de lenguaje visual cercanos al rostro. Estas técnicas ayudan a redirigir la atención del observador, apartando el foco del atributo que está causando el ruido en la imagen. Esto se logra manipulando elementos como el corte de cabello, la coloración cosmética capilar, el maquillaje (para mujeres), la barba (para hombres), las monturas de gafas y otros accesorios faciales para modificar estas percepciones. En casos específicos, también se pueden considerar procedimientos y cirugías estéticas, si así lo desea la clienta.
Al aplicar estas estrategias de manera consciente e intencional, no solo mejoramos la percepción externa, sino que también fortalecemos la autoconfianza y la auto imagen.
¿Has recibido algún feedback similar alguna vez? ¿Has identificado algún ruido de imagen? Si es así, contáctame para explorar juntas el origen de estos ruidos y desarrollar estrategias para comunicar efectivamente tus objetivos de imagen. Estoy aquí para ayudarte!